Huellas...

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Lima, Peru
Yo canto por la lengua de los arrebatados, los que me identifican con su sangre y su rostro.

jueves, setiembre 18, 2008

Presente Indicativo



¿Qué hacer cuando la locura
Tiñe los ojos
y el vacío manifiesto
Tensa sus nudos
Sobre esa extensión de materia
A la que llamo cuerpo?

Entonces socavo en la lengua
Y luego brota la palabra

de ese pozo-hoyuelo-negro
Que desde los sentidos todo lo absorbe
Luego ensalivo mi silencio

Luego escribo.

10 comentarios:

JORGE SOLANA AGUIRRE dijo...

Intenso y desesperado el verso que termina en el espacio de la escritura.

Peregrino dijo...

Yo soy un ciego,
¿Ojos? Color ausencia.
¿Lengua? Donde el silencio.

Silencio- Escriba...
Un viejo manuscrito de mi mismo.

Alan Wesley dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Julieta dijo...

morder la tierra toda; con el alma y con el cuerpo escupir los que no dicta el impulso mismo.

Peregrino gracias por tu comentario. Un lujo encontrarte!
Saludos

GEORGIA dijo...

Hermosa ars poètica

saludos

*AntagoniSta* dijo...

Por el contrario.
Siento un molesto nudo que por momentos impide que el aire entre y salga con normalidad, y en ese caso, ensalivar mi silencio resulta altamente contraproducente.

¡Qué Suerte del que goza de ese presente indicativo!



(Tengo cierta predilección por el verbo peregrinar).

Saludos, y gracias por su visita.

natalia dijo...

cuando la locura tiñe tus ojos
hazte otros ojos y otra locura.

Peregrino dijo...

Construir nuevas locuras
a fuerza de muy antiguos verbos
Arropar sus enunciados
disfrazándolos de nuevos...
acudiendo con el hambre al recetario de los sueños
Al viejo y confundido coro de Babel...

meridiana dijo...

y luego escribo....el lenguaje es un desierto donde estamos en la posibilidad de caminar hacia cualquier parte, solos y extranjeros, no me extraña que tenga que ensalivarse, no me extraña que tenga que hidratarse de sí para la travesía.

muy bello

Lilián

Anónimo dijo...

...ahh,
habrá que cortar la lengua
Eventualmente.
Porque en realidad no sé si seremos de una especie a la que nos vuelva a nacer...
tanto que se caen los ojos